vendredi 28 septembre 2012

Cartas Maragatas (I)


Mis nuevas obligaciones en el campamento de la Legio X Gemina, en Asturica Augusta, bajo la atenta e impresionante mirada de Mars Tilenus, no me dejan mucho tiempo para escribir nada que no sean despachos oficiales como legado de esta legión, solicitando al general más balistas y onagros.

Pero no podía dejar pasar estas fechas en las que se celebran en la capital del Reino de León las fiestas en honor a San Froilán, sin dejar de compartir con todos el evento central de las celebraciones, conocido como “las cantaderas”.

Transcribo directamente la página relativa a esta conmemoración en el programa de fiestas de este año:

Desde los lejanos tiempos del rey Mauregato, los reyes cristianos cumplían puntualmente con el infame tributo de las cien doncellas, que debían ser entregadas a los califas musulmanes a cambio de no sufrir sus ataques. De este centenar de desdichadas, León aportaba una parte, procedentes de las parroquias de San Marcelo, San Martín, Santa Ana y Santa María del Mercado.

La leyenda tiene su inicio en el brutal acto de valor que realizaron las doncellas que iban a ser entregadas por el rey Ramiro I, que prefirieron cortarse una mano a dejarse llevar por su destino. Ante esta demostración de arrojo, el rey decidió negar para siempre el tributo y presentó batalla ante las tropas de Abderramán II, al que derrotó -supuestamente ayudado por el mismísimo Santiago- en la que hoy conocemos como batalla de Clavijo.

En agradecimiento por esta victoria el pueblo de León realizó una ofrenda al Cabildo Catedralicio, ofrenda que con el paso del tiempo se convirtió en tradición.

La ofrenda es acompañada por las Cantaderas, una vez liberadas de ser enviadas como tributo, ataviadas con lujosas vestimentas y dirigidas por la Sotadera, que representa a la mujer de la corte del Emir enviada para instruir a las doncellas en los usos y costumbres de los musulmanes. Después que las Cantaderas realizan sus bailes, se produce el debate del Foro u Oferta, ya que como es tradicional en el enfrentamiento entre el poder civil y el eclesiástico, ni el Cabildo admite que la ofrenda sea una gracia concedida por la ciudad, ni el Consistorio acepta que sea una obligación. Así, haciendo gala del ingenio, los representantes de ambas instituciones presentan sus argumentaciones sin llegar nunca a un acuerdo.

Domingo 30 Septiembre. 11:30. Claustro de la Catedral de León.

Siempre es un placer comprobar que las Españas de verdad, las de los españoles que viven con los pies en la tierra, en nuestros campos, no olvidan su historia, y en particular la Santa Cruzada de Reconquista que durante siete siglos forjó la entidad Católica de nuestra Patria.

Y como carlista no puedo cerrar esta primera entrada oficial como astorgano sin volver a reivindicar la verdadera organización tradicional de las Españas, sus reinos, como éste de León, reducido ridículamente a provincia y viendo su nombre mancillado en ese engendro llamado “comunidad autónoma”.

Relación de los Reyes de León (910-1230)

Garcia I (910-914)

Ordoño II (914-924)

Fruela II (924-925)

Alfonso Froilaz (925-926)

Sancho Ordoñez (926)

Alfonso IV “El Monje" (925-931)

Ramiro II “El Grande" (931-951)

Ordoño III (951-956)

Sancho I “El Craso" (956-958 y 960-966)

Ordoño IV “El Malo” o “El Jorobado” (958-960)

Ramiro III (966-985)

Bermudo II “El Gotoso” (985-999)

Alfonso V “El Noble” o “El de los Buenos Fueros” (999-1028)

Bermudo III (1028-1037)

Sancha I y Fernando I (1037-1065)

Alfonso VI (1065-1071 y 1072-1109)

Sancho II (1071-1072)

Urraca I (1109-1126)

Alfonso VII “El Emperador” (1126-1157)

Fernando II (1157-1188)

Alfonso VIII (conocido como IX) (1188-1230)

mercredi 19 septembre 2012

Españoles, perdonad pero no olvidéis

Basta con recordar el título de esta entrada en el día de la muerte de Santiago Carrillo, el comunista criminal , el carnicero de Paracuellos del Jarama.


Como católico, en vez de brindar con champagne como hizo él, degenerado asesino, el día de la muerte del Caudillo, debo pedir a Dios que se apiade de su alma.

Pero no puedo dejar de estar convencido en el fondo de mi alma de que se pudrirá eternamente en el infierno.

Miles de mártires católicos le perdonaron antes de morir, como corresponde a discípulos de Nuestro Señor Jesucristo, que pidió al Padre el perdón para sus asesinos clavado en la cruz.

Yo soy un pobre pecador, y me cuesta demasiado perdonar tanta sangre de muchos compatriotas, algunos de mi propia familia.

Sin duda, como repiten machaconamente los periódicos y televisiones, es un personaje histórico. Como lo fueron Nerón, Calígula...