samedi 14 décembre 2013

Grandes mentiras

"Es chocante comprobar que a veces se ha presentado la liberación sexual como si fuera un sueño comunitario, cuando en realidad se trataba de un nuevo escalón en la progresiva escalada histórica del individualismo. Como indica la bonita palabra francesa ménage, la pareja y la familia eran el último islote de comunismo primitivo en el seno de la sociedad liberal. La liberación sexual provocó la destrucción de esas comunidades intermedias, las últimas que separaban al individuo del mercado. Este proceso de destrucción continúa en la actualidad."

Michel Houellebecq
"Las partículas elementales"

lundi 2 décembre 2013

Santa Bárbara, Patrona de la Artillería Española

La tradicional advocación a Santa Bárbara se da por segura desde el comienzo de la existencia de la Artillería Española, que hace oficialmente su aparición en nuestra historia en el año 1262, cuando los ejércitos de Alfonso X de Castilla emplean la pólvora en el asedio y conquista de la taifa islámica de Niebla, en Huelva, resultando su actuación decisiva para el fin victorioso de la Reconquista en tiempos de los Reyes Católicos bajo la dirección del famoso Francisco Ramírez de Madrid, Capitán General de la Artillería de Isabel y Fernando.

Sin embargo el más antiguo documento conocido que cita su patronazgo data de 1522 y dice lo siguiente:

"Yo, Don Juan de Acuña, Alcaide del Castillo de Burgos por S.M. digo: que vos Gerónimo Ximénez Denciso, Tenedor de los bastimientos de dicho castillo por S.M. distes por mi mando al Capitán Terramond por S.M. el día de Santa Bárbara para tirar la fiesta de los artilleros, ques aquel día su fiesta, dos barriles de pólvora para tirar ciertos [disparos] de los [cañones] gruesos y los morteros de aquel día, que pesarían diez arrobas; la cual pólvora está a cargo del Mayordomo de la Artillería, Francisco de Xerez; y por ques verdad que lo dio en dicho día a cuatro de diciembre de mil quinientos vente y dos, lo firmo en mi nombre Don Juan de Acuña". (Archivo de Simancas, Guerra, Mar y Tierra, legajo 3º, año 1522. Tomado del Memorial de Artillería de 1884).

La primera referencia a la devoción y culto público a Santa Bárbara en España es de 1248 y se refiere a la conquista de Alicante y su castillo por don Alfonso (más tarde Alfonso X el Sabio), el día 4 de diciembre de dicho año. De ahí el nombre dado al castillo, que cuenta en su interior con una capilla dedicada a la Santa.

Casi desde el nacimiento de la artillería medieval, y probablemente por la intervención del rayo destructor en el relato de su martirio, los artilleros europeos se acogieron al patronazgo de Santa Bárbara, como se demuestra en un documento de 1431 en el que especifica que las compañías de artillería francesas se constituían bajo el amparo de esta Santa, o en otro que recoge los estatutos de 1477 de los culebrineros y los arcabuceros de Gante, en los que también se menciona su patrocinio.

En el tratado sobre la Artillería española "La platica manuale de artigleria" del famoso Luis Collado de Lebrija, fechado en Sevilla en 1606, se reconoce y explica la advocación a Santa Bárbara en dos capítulos que tratan "De la compañía y congregación de los artilleros bajo la devoción de la gloriosa Santa Bárbara".

Santa Bárbara virgen y mártir nació, según la tradición, en Anatolia (actual Turquía) a comienzos del siglo III; de joven se convirtió al cristianismo por lo que fue encerrada en su castillo por su padre Dióscoro, que era pagano, para forzarla a la apostasía; al no conseguirlo, le infligió toda clase de maltratos y torturas hasta terminar decapitándola personalmente, momento en el que, en castigo a su maldad, fue fulminado por un rayo, que algunos relatos hacen que destruya, además, la torre en la que estaba presa la Santa.

Su festividad se celebra el día 4 de diciembre, a pesar de que fue “jubilada” del Santoral católico en 1969 por el Concilio Vaticano II, al considerar que no había suficientes pruebas documentales que justificaran su “Hoja de Servicios” como tal.

Pero la realidad está muy por encima de estas minucias burocráticas y, ante la Verdad con mayúsculas que representan la Tradición y la Fe inmutable de la Cristiandad, las decisiones de las jerarquías no tienen ningún poder, por lo que aún en nuestros días, doy fe, es Santa Bárbara una de las santas cristianas más universales y populares, tanto entre los católicos como entre los ortodoxos e incluso  entre los herejes protestantes. Y ello se aprecia, entre otras muchas razones, por la advocación de numerosas profesiones que se acogen a su patronazgo, casi unánimemente a nivel mundial.

Entre ellas podemos citar a los mineros, a los ingenieros de minas, a cuantos trabajan en la preparación de explosivos o la fabricación de armas de fuego (como es el caso de los ingenieros politécnicos españoles en su rama de armamento), a algunas marinas como la italiana, a un gran número de los cuerpos de bomberos como los de Francia y de Italia, de algunas poblaciones españolas y de la mayoría de las naciones de Iberoamérica, sin duda a los agricultores que miran siempre al cielo custodiando sus cosechas, así como, por supuesto, a la casi totalidad de los artilleros del mundo cristiano e incluso de algunos países musulmanes.

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Letra del Himno a Santa Bárbara, datado en 1877 como obra póstuma del compositor D. Antonio Oller y Fontanet para el Cuerpo de Artillería, arma que en España se caracteriza entre otras muchas cosas por su especial amor por la Tradición, lo que le ha ocasionado su disolución por parte de diferentes gobiernos liberales a lo largo de la historia.

Este himno se canta en las tres misas del Solemne Triduo que dedican siempre a su Patrona las unidades de Artillería de España y en la misa que precede al acto militar del 4 de diciembre de cada año:


Al morir el valiente Artillero
defendiendo tenaz el cañón
dale ¡oh Virgen! sublime y piadosa
siempre amparo, consuelo y perdón.

Tú que aplacas la fiera borrasca
y del trueno el horrísono son
en tu solio bordado de estrellas
de tus hijos escucha la voz.

Y si un día Patrona te hicimos
del valiente Artillero Español
fue al pensar en tu Gloria que brilla
más radiante y pura que el sol.

Himno de Artillería:

Artilleros, Artilleros,
marchemos siempre unidos, siempre unidos
de la Patria, de la Patria,
de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer.
Y al oír, y al oír,
y al oír del cañón el estampido, el estampido
nos haga su sonido enardecer.

España que nos mira siempre amante
recuerda nuestra Historia Militar, Militar
que su nombre siempre suena más radiante
a quien supo ponerla en un altar.

Su recuerdo nos conmueve con terneza,
dice Patria, dice Gloria, dice Amor,
y evocando su mágica grandeza,
morir sabremos por salvar su honor.

Tremolemos muy alto el Estandarte,
sus colores en la cumbre brillarán
y al pensar que con él está la muerte,
nuestras almas con más ansia latirán.

Como la madre que al niño le canta
la canción de cuna que le dormirá,
al arrullo de una oración santa
en la tumba nuestra flores crecerán.

 
Marchemos unidos, marchemos dichosos
seguros, contentos de nuestro valor
y cuando luchando a morir lleguemos
antes que rendidos, muertos con honor.

Y alegres cantando el Himno glorioso
de aquellos que ostentan noble cicatriz,
terminemos siempre nuestro canto honroso
con un ¡viva Velarde! y un ¡viva Daoiz!




Artilleros, Artilleros,
marchemos siempre unidos, siempre unidos
de la Patria, de la Patria,
de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer.

Y al oír, y al oír,
y al oír del cañón el estampido, el estampido
nos haga su sonido enardecer.

Orgullosos al pensar
en las hazañas realizadas con honor por nuestra grey,
gritemos con el alma un ¡viva España!
y sienta el corazón un ¡viva el Rey!




mercredi 27 novembre 2013

¡Viva Cristo Rey! (y II)

Carta encíclica “Quas primas”
del Sumo Pontífice Pío XI
sobre la fiesta de Cristo Rey

…En cambio, si los hombres, pública y privadamente, reconocen la regia potestad de Cristo, necesariamente vendrán a toda la sociedad civil increíbles beneficios, como justa libertad, tranquilidad y disciplina, paz y concordia.

La regia dignidad de Nuestro Señor, así como hace sacra en cierto modo la autoridad humana de los jefes y gobernantes del Estado, así también ennoblece los deberes y la obediencia de los súbditos. Por eso el apóstol San Pablo, aunque ordenó a las casadas y a los siervos que reverenciasen a Cristo en la persona de sus maridos y señores, mas también les advirtió que no obedeciesen a éstos como a simples hombres, sino sólo como a representantes de Cristo, porque es indigno de hombres redimidos por Cristo servir a otros hombres: Rescatados habéis sido a gran costa; no queráis haceros siervos de los hombres.

Y si los príncipes y los gobernantes legítimamente elegidos se persuaden de que ellos mandan, más que por derecho propio por mandato y en representación del Rey divino, a nadie se le ocultará cuán santa y sabiamente habrán de usar de su autoridad y cuán gran cuenta deberán tener, al dar las leyes y exigir su cumplimiento, con el bien común y con la dignidad humana de sus inferiores.

De aquí se seguirá, sin duda, el florecimiento estable de la tranquilidad y del orden, suprimida toda causa de sedición; pues aunque el ciudadano vea en el gobernante o en las demás autoridades públicas a hombres de naturaleza igual a la suya y aun indignos y vituperables por cualquier cosa, no por eso rehusará obedecerles cuando en ellos contemple la imagen y la autoridad de Jesucristo, Dios y hombre verdadero.

En lo que se refiere a la concordia y a la paz, es evidente que, cuanto más vasto es el reino y con mayor amplitud abraza al género humano, tanto más se arraiga en la conciencia de los hombres el vínculo de fraternidad que los une. Esta convicción, así como aleja y disipa los conflictos frecuentes, así también endulza y disminuye sus amarguras.

Y si el reino de Cristo abrazase de hecho a todos los hombres, como los abraza de derecho, ¿por qué no habríamos de esperar aquella paz que el Rey pacífico trajo a la tierra, aquel Rey que vino para reconciliar todas las cosas; que no vino a que le sirviesen, sino a servir; que siendo el Señor de todos, se hizo a sí mismo ejemplo de humildad y estableció como ley principal esta virtud, unida con el mandato de la caridad; que, finalmente dijo: Mi yugo es suave y mi carga es ligera.

¡Oh, qué felicidad podríamos gozar si los individuos, las familias y las sociedades se dejaran gobernar por Cristo! Entonces verdaderamente —diremos con las mismas palabras de nuestro predecesor León XIII dirigió hace veinticinco años a todos los obispos del orbe católico—, entonces se podrán curar tantas heridas, todo derecho recobrará su vigor antiguo, volverán los bienes de la paz, caerán de las manos las espadas y las armas, cuando todos acepten de buena voluntad el imperio de Cristo, cuando le obedezcan, cuando toda lengua proclame que Nuestro Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre.

mardi 26 novembre 2013

¡Viva Cristo Rey! (I)

Carta encíclica “Quas primas”
del Sumo Pontífice Pío XI
sobre la fiesta de Cristo Rey

Campo de la realeza de Cristo

a) En lo espiritual

…Sin embargo, los textos que hemos citado de la Escritura demuestran evidentísimamente, y el mismo Jesucristo lo confirma con su modo de obrar, que este reino es principalmente espiritual y se refiere a las cosas espirituales. En efecto, en varias ocasiones, cuando los judíos, y aun los mismos apóstoles, imaginaron erróneamente que el Mesías devolvería la libertad al pueblo y restablecería el reino de Israel, Cristo les quitó y arrancó esta vana imaginación y esperanza. Asimismo, cuando iba a ser proclamado Rey por la muchedumbre, que, llena de admiración, le rodeaba, El rehusó tal título de honor huyendo y escondiéndose en la soledad. Finalmente, en presencia del gobernador romano manifestó que su reino no era de este mundo. Este reino se nos muestra en los evangelios con tales caracteres, que los hombres, para entrar en él, deben prepararse haciendo penitencia y no pueden entrar sino por la fe y el bautismo, el cual, aunque sea un rito externo, significa y produce la regeneración interior. Este reino únicamente se opone al reino de Satanás y a la potestad de las tinieblas; y exige de sus súbditos no sólo que, despegadas sus almas de las cosas y riquezas terrenas, guarden ordenadas costumbres y tengan hambre y sed de justicia, sino también que se nieguen a sí mismos y tomen su cruz. Habiendo Cristo, como Redentor, rescatado a la Iglesia con su Sangre y ofreciéndose a sí mismo, como Sacerdote y como Víctima, por los pecados del mundo, ofrecimiento que se renueva cada día perpetuamente, ¿quién no ve que la dignidad real del Salvador se reviste y participa de la naturaleza espiritual de ambos oficios?

b) En lo temporal

Por otra parte, erraría gravemente el que negase a Cristo-Hombre el poder sobre todas las cosas humanas y temporales, puesto que el Padre le confirió un derecho absolutísimo sobre las cosas creadas, de tal suerte que todas están sometidas a su arbitrio. Sin embargo de ello, mientras vivió sobre la tierra se abstuvo enteramente de ejercitar este poder, y así como entonces despreció la posesión y el cuidado de las cosas humanas, así también permitió, y sigue permitiendo, que los poseedores de ellas las utilicen. Acerca de lo cual dice bien aquella frase: No quita los reinos mortales el que da los celestiales. Por tanto, a todos los hombres se extiende el dominio de nuestro Redentor, como lo afirman estas palabras de nuestro predecesor, de feliz memoria, León XIII, las cuales hacemos con gusto nuestras: El imperio de Cristo se extiende no sólo sobre los pueblos católicos y sobre aquellos que habiendo recibido el bautismo pertenecen de derecho a la Iglesia, aunque el error los tenga extraviados o el cisma los separe de la caridad, sino que comprende también a cuantos no participan de la fe cristiana, de suerte que bajo la potestad de Jesús se halla todo el género humano.

c) En los individuos y en la sociedad

Él es, en efecto, la fuente del bien público y privado. Fuera de Él no hay que buscar la salvación en ningún otro; pues no se ha dado a los hombres otro nombre debajo del cielo por el cual debamos salvarnos. Él es sólo quien da la prosperidad y la felicidad verdadera, así a los individuos como a las naciones: porque la felicidad de la nación no procede de distinta fuente que la felicidad de los ciudadanos, pues la nación no es otra cosa que el conjunto concorde de ciudadanos.

No se nieguen, pues, los gobernantes de las naciones a dar por sí mismos y por el pueblo públicas muestras de veneración y de obediencia al imperio de Cristo si quieren conservar incólume su autoridad y hacer la felicidad y la fortuna de su patria.

Lo que al comenzar nuestro pontificado escribíamos sobre el gran menoscabo que padecen la autoridad y el poder legítimos, no es menos oportuno y necesario en los presentes tiempos, a saber: «Desterrados Dios y Jesucristo —lamentábamos— de las leyes y de la gobernación de los pueblos, y derivada la autoridad, no de Dios, sino de los hombres, ha sucedido que... hasta los mismos fundamentos de autoridad han quedado arrancados, una vez suprimida la causa principal de que unos tengan el derecho de mandar y otros la obligación de obedecer. De lo cual no ha podido menos de seguirse una violenta conmoción de toda la humana sociedad privada de todo apoyo y fundamento sólido»


mardi 19 novembre 2013

Liturgia católica

La promulgación por Pablo VI de la prohibición del Misal de San Pío V, que se había desarrollado a lo largo de los siglos desde el tiempo de los sacramentales de la Iglesia antigua, comportó una ruptura en la historia de la liturgia cuyas consecuencias sólo podían ser trágicas.

Yo estaba perplejo ante la prohibición del Misal antiguo, porque algo semejante no había ocurrido jamás en la historia de la liturgia. Se suscitaba por cierto la impresión de que esto era completamente normal. El misal precedente había sido realizado por Pío V en el año 1570, a la conclusión del Concilio de Trento; era, por tanto, normal que, después de cuatrocientos años y un nuevo Concilio, un nuevo Papa publicase un nuevo misal.

Pero la verdad histórica era otra. Pío V se había limitado a hacer reelaborar el misal romano entonces en uso, como en el curso vivo de la historia había siempre ocurrido a lo largo de todos los siglos. Del mismo modo, muchos de sus sucesores reelaboraron de nuevo este misal, sin contraponer jamás un misal al otro. Se ha tratado siempre de un proceso continuado de crecimiento y de purificación en el cual sin embargo, nunca se destruía la continuidad. Un misal de Pío V creado por él, no existe realmente. Existe sólo la reelaboración por él ordenada como fase de un largo proceso de crecimiento histórico.

La novedad, tras el Concilio de Trento, fue de otra naturaleza: la irrupción de la reforma protestante había tenido lugar sobre todo en la modalidad de “reformas litúrgicas”. No existía simplemente una Iglesia católica junto a otra protestante; la división de la Iglesia tuvo lugar casi imperceptiblemente y encontró su manifestación más visible e históricamente más incisiva en el cambio de la liturgia que, a su vez, sufrió una gran diversificación en el plano local, tanto que los límites entre los que todavía era católico y no que ya no era se hacían con frecuencia difíciles de definir.

En esta situación de confusión, que había sido posible por la falta de una normativa litúrgica unitaria y del pluralismo litúrgico heredado de la Edad Media, el Papa decidió que el “Missale Romanum”, el texto litúrgico de la ciudad de Roma, católico sin ninguna duda, debía ser introducido allí donde no se pudiese recurrir a liturgias que tuviesen por lo menos doscientos años de antigüedad. Donde se podía demostrar esto último, se podía mantener la liturgia precedente, dado que su carácter católico podía ser considerado seguro.

No se puede, por tanto, hablar de hecho de una prohibición de los anteriores y hasta entonces legítimamente válidos misales.

Con la reforma litúrgica de Pablo VI acaeció algo más que una simple “revisión” del Misal anterior, pues se destruyó el edificio antiguo y se construyó otro, si bien con el material del cual estaba hecho el edificio antiguo y utilizando también los proyectos precedentes.

Para la vida de la Iglesia es dramáticamente urgente una renovación de la conciencia litúrgica, una reconciliación litúrgica. Estoy convencido de que la crisis eclesial en la que nos encontramos depende en gran parte del hundimiento de la liturgia.


Joseph Ratzinger


lundi 18 novembre 2013

Huid de la ciudad

La ciudad, en sí misma, hay que confesarlo, es fea. Su aspecto es tranquilo y se necesita cierto tiempo para percibir lo que la hace diferente de las otras ciudades comerciales de cualquier latitud. ¿Cómo sugerir, por ejemplo, una ciudad sin palomas, sin árboles y sin jardines, donde no puede haber aleteos ni susurros de hojas, un lugar neutro, en una palabra? El cambio de las estaciones sólo se puede notar en el cielo. La primavera se anuncia únicamente por la calidad del aire o por los cestos de flores que traen a vender los muchachos de los alrededores; una primavera que venden en los mercados. Durante el verano el sol abrasa las casas resecas y cubre los muros con una ceniza gris; se llega a no poder vivir más que a la sombra de las persianas cerradas. En otoño, en cambio, un diluvio de barro. Los días buenos sólo llegan en el invierno.

Albert Camus, La peste.


dimanche 17 novembre 2013

Os perseguirán

Lectura del Profeta Malaquías 4, 1-2a

Mirad que llega el día, 
ardiente como un horno:
malvados y perversos serán la paja, 
y los quemaré el día que ha de venir
–dice el Señor de las Huestes–, 
y no quedará de ellos ni rama ni raíz.
Pero a los que honran mi nombre 
los iluminará un sol de justicia
que lleva la salud en las alas.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 5-19

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo:
–Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.
Ellos le preguntaron:
–Maestro, ¿cuándo va a ser éso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?
El contestó:
–Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usando mi nombre diciendo: «Yo soy» o bien «el momento está cerca»; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.
Luego les dijo:
–Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa: porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

lundi 28 octobre 2013

Y se creen que pueden cambiar la hora

Y es que desde ayer domingo, como tontamente hacemos cada cierto tiempo, nos estamos levantando de la cama una hora más tarde. Pero que nadie se preocupe, el  sol sale a la misma hora.

De hecho en esta época del año y hasta el solsticio de invierno a finales de diciembre, el sol sale cada día más tarde y se pone antes, haciendo las noches más largas y los días más cortos.

Y eso no lo puede cambiar ningún ministerio ni organismo nacional o internacional. Ninguno. Aunque se lo crean. Y lo malo es que se lo creen.

Cuando un español que vive en Santiago de Compostela llama por teléfono a sus padres que viven en un pueblo de Soria, no es la misma hora, aunque se empeñe en decirlo la televisión.

Sé que en este aspecto, en parte, soy un privilegiado, ya que desde hace mucho tiempo he podido negarme en redondo a las imposiciones horarias draconianas de la modernidad. El que quiera el fruto de mi trabajo a cambio de mi salario debe dejarme trabajar en paz, las horas que yo considere necesarias, ni más ni menos, y en el día y el momento que a mí me venga en gana.

Me levanto temprano para ver amanecer y sólo tengo prisa los domingos para llegar a misa.

No siempre ha sido así, claro está. He tenido horarios mejores y peores. He sufrido la esclavitud agobiante del reloj oficial de los gobiernos, y puede, aunque lo dudo, que vuelva a sufrirla algún día.

Pero eso sí, ayer, hoy y siempre, si suena el teléfono a la hora de la siesta y no se ha muerto nadie, ni ha sucedido desgracia grave alguna o se me requiere para una emergencia auténtica, el que ha llamado que se prepare.

He vivido al norte de los Pirineos, dónde siguen llamando “tarde” al tiempo que viene tras el mediodía que, para los españoles que no lo sepan, es cuando el sol se encuentra en su punto más alto, a eso de las doce, hora solar. Porque almuerzan a mediodía.

Que nadie se ofenda. Digo lo de los españoles porque la mayoría considera “mediodía” su hora de comer, alrededor de las tres de la tarde, y hasta que no han comido no dan las “buenas tardes”.

Por eso me dan cierta envidia por su claridad los términos “après-midi” o “afternoon” para referirse a la tarde.

En el día en que los periódicos recogen la noticia de la resolución del teorema de Gödel que prueba el argumento ontológico de San Anselmo, es decir en el día en que con ayuda de un ordenador portátil se ha demostrado racionalmente la existencia de Dios, creo necesario abrir la Biblia por la primera página:

Al principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba confusa y vacía, y las tinieblas cubrían el haz del abismo, pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas. Dijo Dios: “Haya luz”, y hubo luz, y vio Dios ser buena la luz, y la separó de las tinieblas; y a la luz llamó día y a las tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día primero…”

“…Dijo luego Dios: “Haya en el firmamento de los cielos lumbreras para separar el día de la noche y servir de señales a estaciones, días y años; y luzcan en el firmamento de los cielos, para alumbrar la tierra”. Y así fue. Hizo Dios los dos grandes luminares, el mayor para presidir el día, y el menor para presidir la noche, y las estrellas; y los puso en el firmamento de los cielos para alumbrar la tierra, y presidir al día y a la noche, y separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios ser bueno, y hubo tarde y mañana, día cuarto…”

¿Qué necesidad tenemos de inventar de nuevo lo que existe desde el principio de los tiempos?

Stat crux dum volvitur orbis (La Cruz permanece estable mientras gira el mundo) es el lema que San Bruno dio a sus cartujos. Un gran consejo. Dejemos pues que el mundo gire y que los que son del mundo traten inútilmente de perseguir el tiempo con sus cronómetros y sus horarios.

Ni siquiera Proust pudo retener el tiempo más allá de un instante en su magdalena mojada en te. Y eso que era invertido, el colmo de la evolución y el refinamiento para la modernidad.

Y nosotros tengamos siempre la Cruz de Cristo presidiendo firme e inamovible nuestras vidas, mientras elevamos los ojos al firmamento que es obra de sus manos, para saber que cuando sale el sol es de día y cuando se pone, de noche.

Gracias a Dios aún queda quién sabe que el tiempo es la medida que sucede entre un instante y otro, mientras ella se lava el pelo.






vendredi 25 octobre 2013

Doctrina Parot e idiotez contumaz

Por lo sensible del asunto, trataré de ser breve. El domingo hay convocada una manifestación en Madrid en protesta por el famoso fin de la “doctrina Parot”.

De entrada las manifestaciones, perdonen la crudeza, me parecen una sandez. Y no sirven para nada en absoluto, más allá del pataleo propio de una rabieta infantil.


Si de verdad se quiere hacer algo, de entrada la protesta debería tener lugar en Bilbao o San Sebastián ¿no les parece? Y las “propuestas” deberían ser precisas y de fondo, como exigir al gobierno lo que sencillamente es su obligación, promover modificaciones urgentes de la legislación penal, garantizar el cumplimiento de las leyes, de todas las leyes, y perseguir su vulneración (desde la apología del terrorismo o del separatismo y colaboraciones con grupos asesinos, hasta la colocación de banderas y demás símbolos en edificios oficiales).

Pero el colmo de la idiotez, al igual que ocurre con las manifestaciones en contra del abominable crimen del aborto, es que acudan a las manifestaciones los miembros y representantes de los partidos políticos cuyas actuaciones provocan las protestas.

Unos apuntes para que nadie se llame a engaño:

Primer ejemplo. Un asesino llamado Josu Uribetxeberria Bolinaga, condenado a 178 años de cárcel por el asesinato de tres guardias civiles y el secuestro 532 en un zulo de José Antonio Ortega Lara, salió de la cárcel en septiembre del año 2012 por padecer una enfermedad en estado terminal con una esperanza de vida de no más de nueve meses. A día de hoy sigue vivito y coleando, y se le puede ver públicamente tomando cañas en los bares. ¿Ha hecho algo al respecto el gobierno presidido por Mariano Rajoy? Pues claro que no.

Segundo ejemplo. Hace pocos días fueron condenados dos funcionarios por alertar a la banda terrorista ETA de una operación de la Policía Nacional, de modo que los asesinos pudieron huir y no ser capturados. El famoso caso “Faisán”. En la sentencia no se califica el delito de colaboración con banda armada, al haber estado motivada por su afán de no entorpecer las conversaciones de negociación del gobierno de España con los terroristas. Siendo oficialmente así, la Fiscalía General del Estado ha decidido no recurrir la sentencia y el gobierno presidido por Mariano Rajoy no ha hecho absolutamente nada, presentando recurso el Partido Popular como parte de la acusación “particular”.

Pero es que o bien yo me he vuelto loco o somos todos idiotas… Si el chivatazo a la banda terrorista tenía una finalidad política, ¿Cómo no se ha detenido aún al presidente del gobierno de aquel momento y su ministro de interior, José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba?

Pues sencillamente porque los gobiernos cambian pero las políticas son las mismas. Los terroristas siguen teniendo representantes en las instituciones a través de formaciones políticas “legalizadas”, siguen pudiendo campar a sus anchas, enalteciendo el terrorismo, quemando banderas, incumpliendo una y otra vez las leyes y actuando como si el gobierno de España, que de facto no existe, no existiese de iure.

Y en el Principado de Cataluña exactamente lo mismo.

Si el domingo cualquier miembro del Partido Popular o del Partido Socialista que apareciese por la manifestación fuera recibido a pedradas, incluidos los que les hacen el juego representando el papel de “voces discordantes”, y por si hay dudas me refiero a Jaime Mayor Oreja, que si no está de acuerdo con las políticas de su partido no sé porque no lo ha dejado hace tantísimo tiempo (sí que lo sé, claro está, para vivir del cuento), igual cambiaba mi opinión, pero mucho me temo que no será así.


mardi 22 octobre 2013

Doctrina Parot: el problema no es el Tribunal Europeo de Derechos Humanos

En su día escribí ya una entrada sobre la famosa “doctrina Parot”.

En definitiva se trata de dilucidar si las redenciones de pena por trabajos en prisión u otros motivos deben descontarse del total de las penas impuestas por la sentencia o sentencias, o del máximo legal de permanencia en prisión, 30 o 40 años.

Es un tema de actualidad por la decisión del Tribunal Europeo de DerechosHumanos, que a la vista de lo publicado, casi nadie se ha molestado en leer.

En el caso particular de la asesina etarra que ha promovido el caso, las consecuencias prácticas de la decisión del citado tribunal son que, si bien los treinta años se cumplían en 2017, dentro de cuatro años, como ha descontado nueve años por trabajos en prisión, debería haber salido en 2008, y por ello saldrá a la calle en 2013 y se le tiene que indemnizar por esos cinco años de más.

La decisión previsible y anunciada del gobierno de España es ponerla en libertad de inmediato, y descontar las indemnizaciones que se le deben de la deuda contraída por la citada asesina criminal con el Estado Español al haberse declarado insolvente para hacer frente a las indemnizaciones a sus víctimas que establecieron los tribunales de justicia españoles.

El fondo de la cuestión es que, en términos técnicos jurídicos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, por una parte establece que la “doctrina Parot”, descontar las redenciones de pena del total de cada condena, al tratarse de una jurisprudencia interpretativa establecida con posterioridad a la condena de la etarra en cuestión, no puede aplicársele de modo retroactivo, como resulta evidente para cualquiera con unos mínimos conocimientos de derecho.

Por otra parte el citado tribunal europeo viene a decir que la interpretación conocida como “doctrina Parot” es más que cuestionable desde un punto de vista jurídico, que es lo que le compete analizar, en concreto bajo el prisma de la protección de los llamados “derechos humanos”, ese invento absurdo de la revolución francesa, innecesario en la Cristiandad y de aviesas intenciones y funestas consecuencias.

Y es cierto que el hecho de descontar las redenciones de pena de cada una de las sentencias, en realidad lo que significa es que las redenciones de pena no existen de un modo efectivo en los casos en que las penas superan de un modo muy significativo al máximo de permanencia legal en prisión. Es así, y por ello se está vulnerando el espíritu de las leyes que permiten redimir penas de un modo u otro.

Y esto es así porque nuestro sistema legal es deliberadamente inconsistente, basado en la libre interpretación de unas leyes redactadas de un modo conscientemente abierto a múltiples interpretaciones, como cualquier aficionado a las crónicas de tribunales puede constatar viendo, en los temas más diversos, la disparidad de criterios entre el Tribunal Supremo y el Constitucional, por poner ejemplos.

Así que, en mi opinión, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos me merece todas las críticas de fondo que me merecen el resto de las instituciones europeas, pero en este caso no es el objetivo a criticar.

Las cuestiones de fondo son:

¿Por qué la legislación española no es lo suficientemente clara para garantizar que los asesinos y otros criminales cumplan las condenas que se les imponen y se debe recurrir a subterfugios meramente interpretativos y de dudosa legalidad?

Los culpables de esta situación vergonzosa que vamos a presenciar en los próximos días son los legisladores españoles, con nombre y apellidos, diputados y senadores electos desde la instauración del régimen establecido por la constitución de 1978.

Si existiese una ley española legalmente aprobada que estableciese con claridad meridiana que para beneficiarse de la redención de pena por cualquiera de los motivos posibles, ya que la finalidad última de todo el sistema penitenciario es al parecer la redención del reo, son condiciones indispensables el arrepentimiento público, efectivamente comprobable, con posibilidad de revisión en caso de demostrarse su falsedad, la indemnización justa a las víctimas, económica y de cualquier otra modalidad, como la moral mediante el trabajo obligatorio en instituciones y organizaciones de apoyo a las víctimas, y finalmente el dictamen de un tribunal sobre la rehabilitación efectiva del reo y sus posibilidades de integrase en la sociedad como ciudadano, acompañado de medidas efectivas de vigilancia que, en caso negativo, puedan dar lugar al reingreso en prisión… si eso fuera así no estaríamos ahora como estamos.

Pero eso, ténganlo todos muy claro, no va a pasar nunca. Como nunca se va actuar con dignidad ante los separatistas traidores a su Patria, ni en las Vascongadas ni en el Principado de Cataluña, como nunca se va a actuar con justicia frente a los ricos o a los banqueros que roban a los trabajadores descaradamente y amparados por las leyes y por los gobiernos, o como nunca se va a dejar de destinar ingentes cantidades de dinero procedentes de los impuestos para beneficio de los partidos políticos y sindicatos del régimen, por poner solamente unos pocos ejemplos de los muchos posibles. Nunca mientras no cambie el sistema de raíz.


Porque el mal de España, de la Cristiandad y de la humanidad entera está en el fondo del sistema capitalista de democracias liberales anticristianas que domina el nuevo orden mundial. Y hasta que no nos levantemos para luchar contra esta moderna esclavitud cueste lo cueste, bajo el signo de la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, el mundo no conocerá la paz.

lundi 21 octobre 2013

La única religión verdadera

...En sus orígenes, ¿cómo contempló el cristianismo su lugar en el cosmos de las religiones? Lo sorprendente es que, sin vacilar, Agustín adjudica al cristianismo un puesto en el ámbito de la «teología física», en el ámbito del racionalismo filosófico. Este hecho implica una evidente continuidad de los primeros teólogos del cristianismo -los apologetas del siglo II- respecto al lugar que Pablo adjudica a lo cristiano en el primer capítulo de la Carta a los Romanos, que a su vez se basa en la teología de la sabiduría del Antiguo Testamento y, a través de ella, se remonta al escarnio de los dioses de los Salmos.

Desde esta perspectiva, el cristianismo tiene sus precursores y su preparación interior en el racionalismo filosófico, no en las religiones. Según Agustín y la tradición bíblica, para él decisiva, el cristianismo no se basa en las imágenes e ideas míticas, cuya justificación se encuentra después de todo en su utilidad política, sino que hace referencia a ese aspecto divino que puede percibir el análisis racional de la realidad. En otras palabras: Agustín identifica el monoteísmo bíblico con las ideas filosóficas sobre el fundamento del mundo que se han formado en sus distintas variantes en la filosofía antigua.

A ello se hace referencia cuando, desde el sermón del Areópago de Pablo, el cristianismo se presenta con el propósito de ser la religio vera. Así pues, la fe cristiana no se basa en la poesía ni en la política, esas dos grandes fuentes de la religión; se basa en el conocimiento. Venera a ese Ser que es el fundamento de todo lo que existe, el «Dios verdadero». En el cristianismo, el racionalismo se ha hecho religión y no es ya su adversario.

Partiendo de esta premisa, como el cristianismo se entendió como un triunfo de la desmitologización, como un triunfo del conocimiento y, con ello, de la verdad, debía ser considerado como universal y llevado a todos los pueblos; no como una religión específica que desplaza a otras, no como una especie de imperialismo religioso, sino como verdad que hace superflua la apariencia.

Y precisamente por eso, en la amplia tolerancia de los politeísmos debe ser considerada como incompatible, incluso como enemigo de la religión, como «ateísmo»: no se limitó a la relatividad y a la posibilidad de intercambiar las imágenes, con lo que perturbaba sobre todo la utilidad política de las religiones y ponía en peligro los fundamentos del Estado, en cuyo ámbito pretendió ser no una religión entre otras religiones, sino el triunfo del conocimiento sobre el mundo de las religiones.

Por otro lado, esta localización de lo cristiano en el cosmos de la religión y la filosofía está relacionada también con el poder de penetración del cristianismo. Ya antes de la aparición de la misión cristiana en los círculos eruditos de la Antigüedad, se había buscado en la figura del «hombre temeroso de Dios» la conexión con la fe judía, que fue considerada como la forma religiosa del monoteísmo filosófico y respondía al mismo tiempo a las exigencias de la razón y a la necesidad religiosa del hombre que la filosofía no podía cubrir por sí sola: no se reza a un dios que solo existe en el pensamiento.


Pero cuando el dios que el pensamiento descubre se encuentra en el interior de una religión como dios que habla y actúa, entonces se concilian pensamiento y fe...

Joseph Ratzinger

LA PRETENSIÓN DE LA VERDAD PUESTA EN DUDA (LA CRISIS DEL CRISTIANISMO EN LOS COMIENZOS DEL TERCER MILENIO), prólogo al libro ¿Existe Dios?