Segunda Carta a los Tesalonicenses
Capítulo 2
Sobre la parusía
Por lo que hace a la venida de Nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con Él, os rogamos, hermanos, que no os turbéis de ligero, perdiendo el buen sentido, y no os alarméis ni por espíritu, ni por discurso, ni por epístola, como si fuera nuestra, como si el día del Señor estuviera inminente.
Que nadie en modo alguno os engañe, porque antes ha de venir la apostasía y ha de manifestarse el hombre de la iniquidad, el hijo de la perdición, que se opone y se alza contra todo lo que se dice Dios o es adorado, hasta sentarse en el templo de Dios y proclamarse Dios a sí mismo.
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Por eso Dios les envía un poder engañoso, para que crean en la mentira y sean condenados cuantos, no creyendo en la verdad, se complacen en la iniquidad.
Pero nosotros debemos dar incesantes gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, a quienes Dios ha elegido desde el principio para haceros salvos por la santificación del Espíritu y la fe verdadera. A ésta precisamente os llamó por medio de Nuestro Evangelio, para que alcanzaseis la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Manteneos, pues, hermanos, firmes y guardad las tradiciones que recibisteis, ya de palabra, ya por carta nuestra.
El mismo Señor Nuestro Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que de gracia nos amó y os otorgó una consolación eterna, una buena esperanza, consuele vuestros corazones y los confirme en toda obra y palabra buena.
PS: Del sexto capítulo del Apocalipsis (versículos 9 a 11) "Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados por la palabra de Dios y por el testimonio que guardaban. Clamaban a grandes voces, diciendo: “¿Hasta cuándo, Señor, Santo, Verdadero, no juzgarás y vengarás nuestra sangre en los que moran sobre la tierra?” Y a cada uno le fue dada una túnica blanca, y les fue dicho que estuvieran callados un poco de tiempo aún, hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos."
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