vendredi 25 octobre 2013

Doctrina Parot e idiotez contumaz

Por lo sensible del asunto, trataré de ser breve. El domingo hay convocada una manifestación en Madrid en protesta por el famoso fin de la “doctrina Parot”.

De entrada las manifestaciones, perdonen la crudeza, me parecen una sandez. Y no sirven para nada en absoluto, más allá del pataleo propio de una rabieta infantil.


Si de verdad se quiere hacer algo, de entrada la protesta debería tener lugar en Bilbao o San Sebastián ¿no les parece? Y las “propuestas” deberían ser precisas y de fondo, como exigir al gobierno lo que sencillamente es su obligación, promover modificaciones urgentes de la legislación penal, garantizar el cumplimiento de las leyes, de todas las leyes, y perseguir su vulneración (desde la apología del terrorismo o del separatismo y colaboraciones con grupos asesinos, hasta la colocación de banderas y demás símbolos en edificios oficiales).

Pero el colmo de la idiotez, al igual que ocurre con las manifestaciones en contra del abominable crimen del aborto, es que acudan a las manifestaciones los miembros y representantes de los partidos políticos cuyas actuaciones provocan las protestas.

Unos apuntes para que nadie se llame a engaño:

Primer ejemplo. Un asesino llamado Josu Uribetxeberria Bolinaga, condenado a 178 años de cárcel por el asesinato de tres guardias civiles y el secuestro 532 en un zulo de José Antonio Ortega Lara, salió de la cárcel en septiembre del año 2012 por padecer una enfermedad en estado terminal con una esperanza de vida de no más de nueve meses. A día de hoy sigue vivito y coleando, y se le puede ver públicamente tomando cañas en los bares. ¿Ha hecho algo al respecto el gobierno presidido por Mariano Rajoy? Pues claro que no.

Segundo ejemplo. Hace pocos días fueron condenados dos funcionarios por alertar a la banda terrorista ETA de una operación de la Policía Nacional, de modo que los asesinos pudieron huir y no ser capturados. El famoso caso “Faisán”. En la sentencia no se califica el delito de colaboración con banda armada, al haber estado motivada por su afán de no entorpecer las conversaciones de negociación del gobierno de España con los terroristas. Siendo oficialmente así, la Fiscalía General del Estado ha decidido no recurrir la sentencia y el gobierno presidido por Mariano Rajoy no ha hecho absolutamente nada, presentando recurso el Partido Popular como parte de la acusación “particular”.

Pero es que o bien yo me he vuelto loco o somos todos idiotas… Si el chivatazo a la banda terrorista tenía una finalidad política, ¿Cómo no se ha detenido aún al presidente del gobierno de aquel momento y su ministro de interior, José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba?

Pues sencillamente porque los gobiernos cambian pero las políticas son las mismas. Los terroristas siguen teniendo representantes en las instituciones a través de formaciones políticas “legalizadas”, siguen pudiendo campar a sus anchas, enalteciendo el terrorismo, quemando banderas, incumpliendo una y otra vez las leyes y actuando como si el gobierno de España, que de facto no existe, no existiese de iure.

Y en el Principado de Cataluña exactamente lo mismo.

Si el domingo cualquier miembro del Partido Popular o del Partido Socialista que apareciese por la manifestación fuera recibido a pedradas, incluidos los que les hacen el juego representando el papel de “voces discordantes”, y por si hay dudas me refiero a Jaime Mayor Oreja, que si no está de acuerdo con las políticas de su partido no sé porque no lo ha dejado hace tantísimo tiempo (sí que lo sé, claro está, para vivir del cuento), igual cambiaba mi opinión, pero mucho me temo que no será así.


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