El día 6 de marzo de 1862 fue un día aciago no solamente para el Alcázar de Segovia y su Real Colegio de Artillería, sino también para la Historia viva de las Españas, al perderse para siempre recuerdos valiosísimos, testigos excepcionales de su grandeza.
En las primeras horas de la mañana se declaró el terrible incendio que destruiría por completo el magnífico castillo, dejándolo reducido a un montón de brasas y cenizas en las que se consumieron ricos artesonados, muebles, armas y trofeos, miles de libros, modelos científicos, obras de arte y reliquias. Páginas enteras de nuestra Historia fueron consumidas por las llamas aquel día.
Lo que sí se salvó del incendio fue el sentimiento del deber y la viril energía del profesorado y los cadetes del Real Colegio de Artillería, desde hace 250 años la más antigua de las academias militares del mundo, pues tal como se acostumbra a hacer en un verdadero reino a la muerte del soberano, proclamando ¡El Rey ha muerto!¡Viva el Rey!, ese mismo día y aún humeantes las ruinas del Alcázar de Segovia, las clases se reanudaron en el convento de San Francisco, donde aún hoy en día, y mientras siga resistiéndose a las felonías, traiciones y arbitrariedades de los politicastros sin conciencia ni honor que sufre la Patria desde hace tanto tiempo, el Real Colegio de Artillería de Segovia sigue formando la mente y el espíritu de los artilleros españoles, haciendo honor a la máxima del Brigadier García Loygorri, héroe de Alcañiz, "Cuando una educación noble e ilustrada despeja el entendimiento y fortalece el corazón, aunque no alcance a transformar en héroes a todos los que la reciben, tiene una gran probabilidad de predisponer a muchos y de conseguir algunos".
En las primeras horas de la mañana se declaró el terrible incendio que destruiría por completo el magnífico castillo, dejándolo reducido a un montón de brasas y cenizas en las que se consumieron ricos artesonados, muebles, armas y trofeos, miles de libros, modelos científicos, obras de arte y reliquias. Páginas enteras de nuestra Historia fueron consumidas por las llamas aquel día.
Lo que sí se salvó del incendio fue el sentimiento del deber y la viril energía del profesorado y los cadetes del Real Colegio de Artillería, desde hace 250 años la más antigua de las academias militares del mundo, pues tal como se acostumbra a hacer en un verdadero reino a la muerte del soberano, proclamando ¡El Rey ha muerto!¡Viva el Rey!, ese mismo día y aún humeantes las ruinas del Alcázar de Segovia, las clases se reanudaron en el convento de San Francisco, donde aún hoy en día, y mientras siga resistiéndose a las felonías, traiciones y arbitrariedades de los politicastros sin conciencia ni honor que sufre la Patria desde hace tanto tiempo, el Real Colegio de Artillería de Segovia sigue formando la mente y el espíritu de los artilleros españoles, haciendo honor a la máxima del Brigadier García Loygorri, héroe de Alcañiz, "Cuando una educación noble e ilustrada despeja el entendimiento y fortalece el corazón, aunque no alcance a transformar en héroes a todos los que la reciben, tiene una gran probabilidad de predisponer a muchos y de conseguir algunos".
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