Queda una labor
inmensa por realizar.
Una labor que exige el esfuerzo de todos y cada uno. Una
labor que, sin duda, supera nuestras fuerzas, las fuerzas de todos. Una labor
imprescindible, que sólo con la ayuda de Dios podremos acometer.
Pero hay algo
fundamental a nuestro favor. Los cimientos ya están listos y son firmes.
He pasado el fin de
semana envuelto en las conmemoraciones en homenaje al Estandarte de Clavijo,
que como ya he contado, han adquirido en esta ocasión una relevancia muy
especial.
Y también he pasado
el fin de semana llevando la contraria a historiadores liberales, que siguen
cacareando sus absurdas consignas. La primera y más estúpida, que “mejor nos
hubiese ido con José Bonaparte que con Fernando VII.”
Amigo mío, les
respondo, finalmente las ideas revolucionarias y liberales, tan modernas y
benéficas, tras ser derrotadas por el pueblo español en los campos de batalla,
fueron impuestas por las mal llamadas cortes de Cádiz (que en Cádiz se
refugiaron cobardemente de la lucha, pero cortes, lo que se dice cortes, ni por
asomo lo fueron).
Y a pesar de
llegada de “El Deseado” y del Manifiesto de los Persas, a pesar de la entrada
en España entre aclamaciones y fervor popular de los Cien Mil Hijos de San Luis,
a pesar del valor y sacrificio de las tropas Carlistas, en cuyas filas
combatieron muchos que habían combatido contras las tropas de Napoleón, al
final pasamos el siglo XIX de un gobierno liberal a otro.
Así que si “nos ha ido
mal”, será por causa de haber abrazado, los gobiernos que no el pueblo español,
el liberalismo y la revolución. Será por culpa de las desamortizaciones y no de
la Santa Madre Iglesia, será a causa de monarquías parlamentarias y
constituciones, no de la Monarquía Hispánica Tradicional y nuestras leyes y
fueros. Vamos digo yo.
Y claro, se callan.
Porque no saben qué decir.
Y luego que si los
nobles siempre han buscado su propio beneficio, que si la Iglesia es
oscurantista, bla, bla, bla.
Que digo yo, amigo
liberal, que lo de buscar el propio beneficio, material o espiritual, es
connatural al ser humano. Pero si un sistema es capaz de hacer que el beneficio
de unos se funde en el beneficio de los demás, siempre será mejor que los
sistemas liberales en los que cuando uno gana, es que otros pierden. Porque el
capitalismo es eso, ni más ni menos, cuanto menos ganes tú, más gano yo.
En fin, que el
Estandarte de Clavijo salió del Ayuntamiento de Astorga en procesión, con los
Marqueses de Astorga a la cabeza, escoltado por los Zuizones de los gremios,
hoy Cámara de Comercio, por los Maragatos, las Doncellas que no serán
entregadas como tributo a los moros, y por el Regimiento de Astorga, que desde
hace un siglo es el 62 de Artillería.
Y se dijo misa
cantada en la Catedral, oficiada por su Obispo, con la arqueta del viejo
Estandarte de Clavijo, y tocando la Marcha Real con dulzaina tras la
Consagración, en Honor al Santísimo.
Y al Estandarte de
Clavijo, que llevaban las tropas de Cristo con el Apóstol Santiago a la cabeza
en la memorable victoria sobre el Islam salvaje e invasor, el Regimiento de
Astorga lo despidió a los acordes de la Marcha Real, como Dios manda, a
despecho de modernos reglamentos pergeñados por gobiernos traidores a la
Patria.
Y hubo vino de
Rioja y del Bierzo, y buenas viandas, y cocido maragato, y música y bailes. Y
muchas salvas de mosquete y mucha pólvora, faltaría más.
Y ahora queda
seguir luchando por nuestras tradiciones, cuyo sitio no está en los museos ni
en el folclore, si no en nuestro modo de vida y gobierno.
Empecemos por
nosotros mismos, que para una tarea como esta es preciso estar en Gracia de
Dios, confesados y comulgados, y firmes en nuestra fe, Católica, Apostólica y
Romana, que el fundamento de nuestra Patria.
Y ahora perdamos el
miedo a defender nuestras ideas, que no tienen rival posible porque son la
Verdad con mayúsculas.
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