Existen diferentes explicaciones sobre el origen y el significado de este emblema heráldico, único símbolo auténtico de Francia y de sus reyes, y presente allí donde reine un heredero de Clovis, ya sea Merovingio, Carolingio, Capeto, Valois, Orleáns o Borbón, del mismo modo que la Cruz de Borgoña está presente en todos y cada uno de los escudos de armas de unidades militares españolas, y desde luego en la Bandera que, hace muchos años, yo besé al jurar fidelidad a la Patria.
Existe cierta confusión sobre el hecho de que la Flor de Lis se componga de tres hojas y que su número sea asimismo de tres flores en cada escudo. La primera tentación es pensar directamente en la Santísima Trinidad.
El emblema de Clovis, antes de adoptar las flores de lis, se componía, según las crónicas, de tres lunas en cuarto creciente, “croissants”, que otros identifican con tres ranas.
Un ángel se encargaría de comunicar a un eremita bajo la protección de Santa Clotilde, esposa de Clovis, el deseo de Dios de cambiar el emblema por un campo azul repleto de flores de lis.
La primera batalla ganada por Clovis con su nuevo emblema, tuvo lugar en la actual localidad de Conflans Saincte Honorine, acabando exactamente a las afueras de la ciudad, en la montaña donde se alzaba y se alza la torre de Montjoye.
De ahí el tradicional grito de guerra francés, al que posteriormente se le añadiría la invocación a San Dionisio, quedando “Montjoye Sainct Denis!”. Algo así como nuestro “¡Santiago y cierra España!” de las Navas de Tolosa.
El historiador benedictino Guillaume de Nangis, en su “Chronique des rois de France et de Vies de Saint Louis et de ses frères, Philippe le Hardi et Robert”, explica el simbolismo de la flor de lys, asignando a la hoja central, la mayor, la Fe, y a las otras dos la Sabiduría y la Caballería, destinadas a gobernar y defender la Fe, centro indiscutible del Reino.
Cuando las tres virtudes dejen de estar unidas, el Reino “caerá destruido en desolación”.
Fue finalmente Carlos V de Francia quien fijase el número de tres flores de lys en el blasón, que tradicionalmente se componía como hemos dicho de múltiples flores, en honor, ahora si, de la Santísima Trinidad, representando asimismo a la Sagrada Familia, así como el triángulo simbólico revelado a la venerable Philomène de Sainte Colombe, es decir Cristo, la Santísima Virgen y San Miguel Arcángel, los tres grandes vencedores de Lucifer.
Ahora vendrán los estudiosos de la heráldica a enmendarme la plana. La cuestión es que la Flor de Lys es el emblema universal de la Monarquía Católica Tradicional, y por ende de la verdadera libertad del ser humano.
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