jeudi 5 mai 2011

¿Estamos todos locos?

Al estallar la Primera Guerra Mundial, el conde polaco Alfred Korzybski se enroló en el Segundo Ejército ruso-polaco, que fue aniquilado en Prusia oriental. Como oficial de estado mayor, dirigió un ataque desastroso, en el que los polacos tropezaron con un profundo foso que no figuraba en los mapas; tras el que se encontraban las ametralladoras prusianas. Al parecer fue esta desafortunada experiencia la que le inspiró su más famoso pensamiento “el mapa no es el territorio” que hoy podríamos traducir a los actuales oficiales de estado mayor de los ejércitos occidentales como “el power-point no es el campo de batalla” o a los ministros y ministras de defensa como “no se puede mandar tropas en combate por videoconferencia”.

Más tarde el tal conde Korzybski desarrolló una delirante teoría conocida como semántica general, tratando de desmontar la filosofía de Aristóteles basándose en conceptos tan dispares como que el hecho de que el lenguaje, las palabras, sean el vehículo del pensamiento humano, impiden al hombre conocer la realidad, ya que “las palabras no son la realidad”, o que la diferencia fundamental entre el hombre y el resto de los animales es que los primeros somos capaces de transmitir conocimiento a través de las sucesivas generaciones, a lo que llamó time-binding.

Esta pequeña empanada mental me ha venido a la cabeza porque acabo de regalar a mi santa esposa el último premio Goncourt, “La Carte et le Territoire” de Michel Houellebecq, cuyo título, obviamente, hace alusión a la frase del desgraciado oficial polaco, que me recuerda a su vez el famoso cuadro de René Magritte “Esto no es una pipa”.

Ya he mencionado en otras ocasiones la famosa frase de Humpty Dumpty, “cuando yo uso una palabra quiere decir lo que yo quiero que diga”. En el fondo todos ellos, Korzybski, Magritte, Houellebecq y por supuesto Humpty Dumpty, no estaban o están tan locos como parece. O sí ¿quién sabe?

Abusando de la paciencia de mis improbables lectores añadiré un último apunte más, éste totalmente en serio, antes de llegar al punto culminante de mi constatación de la locura oficial generalizada en estado puro.

Del Evangelio según San Juan, primer versículo del capítulo 1: “Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.”

Por supuesto que la palabra es la realidad. El logos es lo que permite al hombre el verdadero conocimiento. Porque el logos, la Palabra, es Dios mismo, la única realidad verdadera. Para más explicaciones, los múltiples libros de Joseph Ratzinger.

Y ahora la terrible noticia, mientras dormíamos, una banda de locos, escapados de no se sabe qué manicomio, se han hecho con el poder y están destruyendo cuanto encuentran a su paso.

La última prueba en el Boletín Oficial del Estado: “Se considerará familia monomarental la formada por una mujer que tenga a su cuidado menores de 21 años o mayores con discapacidad que no obtengan ingresos de cualquier naturaleza superiores al 75% del Salario Mínimo Interprofesional vigente en el momento de publicación de esta Resolución.” (Sacado del BOE, palabra de honor.)

Uno de los locos, que por supuesto ignora, o no le importa un ardite, que parental viene de pariente, que tiene la misma raíz que el verbo parir. Es decir, que el pariente por excelencia es la madre y que, en todo caso, en su significado se encuentran igualmente ambos progenitores.

Sin embargo el loco en cuestión, Leire Pajín o alguna demente pseudo-feminista delirante por el estilo, ha decidido, es un suponer, que familia monoparental significa que sólo tiene “pare”, que es padre en catalán, y ante tamaña afrenta machista, por arte de magia y de birlibirloque, tatatachán, se ha sacado de la manga, o del sostén, un nuevo palabro, monomarental, que es un absoluto absurdo semántico y etimológico, que no encontrará nadie en un diccionario de castellano que se precie. (Me está costando una barbaridad escribir esta entrada, ya que el Word está empeñado en corregir automáticamente monomarental y sustituirlo por monoparental, y así no hay manera ¡Será fascista el Office éste!)

En fin, que yo me he despertado y con legañas en los ojos llevo algunos años intentando despertar a los demás antes de que estos locos acaben con todo, pero no hay manera, siguen yendo sonámbulos a votar cada vez que les convocan.

En resumidas cuentas, y respondiendo a tu pregunta mi querido amigo, propongo que nos manifestemos exigiendo al gobierno la declaración de especie en peligro de extinción para las palabras con significado, que no por mucho tempranar amanece más madruga.


Y esto es todo por hoy, amigos, amigas y amig@s, en la república monárquica de San Pitopato, a friato de forcios de tril pitrochuntos chorinto y chunto. He dicho.

PS. Había pensado titular la entrada ¡Despertaos! Pero no quiero que nadie me confunda con Stephane Hessel, que para leer mis tonterías no hace falta pagar cinco euros.

5 commentaires:

Anonyme a dit…

Estimado Alphonse cometes un error craso en tu cita: "Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.” Esa es una pésima traducción de San Juan pues en latín la expresión es verbo osea "en el principio era el verbo" es decir Dios uno y trino. El propósito del evangelista es mostrar que la satísima trinidad ha existido desde siempre, y evitar que los primeros cristianos pudiesen creer que la segunda persona había surgido al momento de encarnarse.

Unknown a dit…

Muchísimas gracias por tu comentario Marcelino.
El tema de las traducciones de la Santa Biblia me preocupa muchísimo.
Siempre que empleo citas bíblicas en esta bitácora, las copio de la versión accesible en la web de la Santa Sede, y para estudiar empleo mi edición de la revisión en castellano de 1998 de la Biblia de Jerusalén, cuyas traducciones del hebreo, arameo y griego me merecen mucha confianza.
En ambos casos el primer versículo del Evangelio de San Juan es casi idéntico (cambia "en el principio" por "al principio" únicamente).
La exégesis de Joseph Ratzinger, que es mi "teólogo de cabecera" desde muchos años antes de ser Sumo Pontífice, sobre este particular, como sabrás, se centra precisamente en interpretar esta frase para desenmascarar el falso enfrentamiento entre fe y razón. Dios mismo es la Palabra, el logos, y por ello la fe verdadera no puede conducir al hombre en una dirección distinta de la razón, ni a la inversa.
Emplear Palabra en vez de Verbo, enlaza con más facilidad en la continuidad con los textos veterotestamentarios con los que concretamente este versículo tiene una relación muy directa.
De nuevo muchas gracias y no dudes que me pongo de inmediato a estudiar el contenido de tu comentario.
Un cordial saludo en Cristo Rey.

Anonyme a dit…

Estimado ALphonse le sugiero revisar traducciones conocidas por su ortodoxia católica como la Straubinger y la Torres Amat, ellas usan la expresión verbo. La traducción en el sitio de la Santa Sede es producto de un trabajo de la conferencia episcopal argentina en los ochenta y la de Jerusalem proviene de la escula Histñorico Crítica que tiene un enfoque naturalista. Le sugiero recurrir a San Agustin, Santo Tomás de Aquino, los padre y doctores de la iglesia para la formación teológica. El actual papa tiene una formación filosófica hegeliana y utiliza un método dialéctico evolutivo en su forma de analizar y argumentar. Si tiene paciencia y tiempo le recomiendo leer el trabajo de Romano Amerio Iota Unum del profesor Romano Amerio que trata sobre el origen de toda esta indefinición e inseguridad en la enseñanza del magisterior actual d ela Iglesia.

Firmus et Rusticus a dit…

Claro, la familia monomarental es aquella que sólo tiene una teta... digo madre, porque todavía no ha encontrado otra (segunda "madre")con la que unirse en matrimonio (o patrimonio, que supongo se reservará a los hombres).

"En el fondo todos ellos, Korzybski, Magritte, Houellebecq y por supuesto Humpty Dumpty, no estaban o están tan locos como parece. O sí ¿quién sabe?". Me ha gustado ver la frase del Evangelio como respuesta.

Me parece muy interesante la frase del mapa de Korzybski, suena a ese tipo de eurekas que por simples son geniales. El cuadro de Magritte, también, me parece una buena invitación a penetrar más allá de lo obvio, en este caso sobre la naturaleza de las palabras y los objetos. Pero de ahí a disociar palabra-realidad, es una exageración. Es verdad que la palabra no "contiene" la realidad, más bien la referencia. Aristóteles, entiendo yo, no pretende confundir palabra y realidad, sino indicar que la palabra (frente al "lenguaje" animal) necesariamente tiene como referente a la verdad. Tiene en ella un cánon objetivo con el que se debe medir, frente a la comunicación puramente subjetiva. De ahí que, de algún modo, la palabra sí es la realidad. Y ese cánon, como bien dices, es en última instancia la Palabra/Verbo.

Muy buena la entrada, como la anterior.

Gonzalo GY a dit…

Ojalá. Ojalá fuera locura. Eso conllevaría un descargo, una disculpa.

Pero es lo que es. Ignorancia y necedad, cuando menos.